sábado, septiembre 16, 2006

Familia

Me voy a separar, porque a mi marido los fines de semana sólo le interesa el fútbol.

Así nos dijo en Radio Minería, en la década de los 90, una compañera en el Departamento de Prensa.

Entonces pensé:

Me salvé de una grande, porque si es por eso, mi señora se debería haber separado de mí, al mes de casados.

Sobre este punto, quiero reflexionar.
Se dice que si los padres pasan la mayor parte del tiempo fuera de la casa, los niños se crían desapegados, faltos de cariño, proclíves a las drogas y se convierten en malos estudiantes.

Expongo mi caso, no como autoreferencia, sino como demostrador de que aquello no siempre es efectivo.

Hubo años en que yo trabajaba desde las 6 de la mañana, hasta pasadas las 10 de la noche, entre Radio Minería, Canal 9 de la Universidad de Chile, el Servicio Alemán de Documentación de la Embajada Alemana y el diario El Cronista, como se llamaba La Nación durante un tiempo. Y eso era de lunes a viernes, porque los fines de semana y los festivos estaba en la transmisión del fútbol por radio y la labor en Canal 9, que significaba hacer las entrevistas deportivas, ir a los estudios de la tele a editar y luego presentar todo al aire.

Dije en un post anterior que cuando aún no se conocía en Chile el video, todo el trabajo había que hacerlo en telecine, por lo cual yo debía asesorar al técnico en la parte deportiva, en cuanto a donde cortar la película, pegarla con otra escena, etc. Y todo esto se realizaba con scotch. Simplemente con scotch.

En tanto, mi señora trabajaba como abogado de una empresa estatal durante todo el día, pero a eso de la una de la tarde se daba maña para viajar, mientras los otros almorzaban, desde el centro de la ciudad hasta avenida Pedro de Valdivia, para retirar a mis tres niños del colegio, llevarlos a nuestra casa, entonces situada en avenida Presidente Riesco en la comuna de Las Condes, comerse a toda velocidad un sandwich porque no había más tiempo, y volver rauda a la oficina.

Gracias a Dios, el epílogo de esta historia tiene hoy a mi hija mayor, María Teresa, como abogado; Paulina, como dentista y Mauricio como periodista.

En el caso de Mauricio, me acompañó desde muy niño a las transmisiones deportivas, iniciándose luego, siendo todavía estudiante de la Universidad Diego Portales, como informador de cancha.
Claro que él debía decir "atento Esteban" y yo contestarle "adelante Mauricio" y no como se podría suponer "atento papá"..."adelante hijo".

Hoy, en el otoño de mi vida, como dice la canción, veo con alegría que en este caso la familia no se disgregó por los respectivos matrimonios de los hijos, sino que se ha fortalecido al través de los nietos y del entrañable cariño recíproco, que echa por tierra la especie de que los tiempos modernos necesariamente separan a los padres de los hijos desde la infancia, por imperio de las largas distancias entre trabajo y hogar... por la lucha despiadada por la vida...por el cansancio al llegar a casa...por la escasa permanencia diaria en ella por parte de los padres...por las tentaciones externas... por...por...por.

Cuando leí hace poco que una animadora de televisión reprochaba a su marido el haberla dejado sola con sus niños durante más de un mes, a causa del mundial de fútbol, agregando que nunca lo iba a permitir nuevamente, me puse a meditar que yo debo haberme sacado la lotería. En su momento, por razones profesionales también debía estar fuera del país hasta por dos meses, como en el caso de otros mundiales de fútbol, pero mi señora no me cortaba las alas y, por el contrario, me alentaba.

Hay que tener suerte, claro, pero también contar con mucho amor, mucha entrega. Con ello se puede vencer al fantasma de la crísis matrimonial y el posible desbande de los hijos. El tiempo en familia podrá ser escaso, pero hay que aprovecharlo a concho. Por lo demás es una cuestión vocacional, porque más allá de su condición de profesional exitosa, mi esposa se sentía y se siente mucho más felíz en la cocina, preparando algo rico.

Esto también desmiente aquello de que las mujeres de horizontes más amplios, aborrecen necesariamente las labores domésticas.

Hasta en ese punto, tengo suerte.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Que alentadora versión nos entrega! Cuando están tan de moda los matrimonios que duran dos o tres años, y que se separan por los motivos más increíbles, me encanta saber de casos tan lindos y alentadores como el suyo... y apoyo eso de incentivar al marido a desarrollarse profesionalmente, a distraerse haciendo deporte, etc. Una puede hacer mil cosas,y delegarlo todo, pero la presencia de la mamá en la vida temprana de los niños es fundamental e irremplazable.
Ah! un saludo cariñoso para usted en el día del trabajador radial!
Anita

esteban lob dijo...

Gracias Anita.
En lo que respecta al día del trabajador radial, lamentablemente esta festividad perdió esencia. Ya no es lo mismo de cuando las radios no trabajaban y solamente una se mantenía de turno.

Afectuosos saludos.

Anónimo dijo...

.......Muy bonito, emocionante y hasta incentivador del apetito vuestro comentario sobre la familia.....sólo quisiera hacerle una crítica constructiva, en él ha faltado la esencia de toda FAMILIA, quien se come todo sin chistar, quien no se repite el postre cuando no hay que hacerlo, quien madruga cuando hay que madrugar y está feliz de la vida...quien con alegría se ha incorporado a la familia....quien más que el siempre importante NUERO!!!!

Atte.

El Importante

esteban lob dijo...

Los nueros y la nuera están incorporados mental y espiritualmente en esta trama, desde siempre.

Cariños.

Marta Salazar dijo...

extraordinario! un gran ejemplo!

Marta Salazar dijo...

te puse un link en mi nuevo blog de historias... a ver si armamos alguna polémica, discusión o conversación sobre el tema! Un abrazo fuerte! y saludos a mis colegas.

Marta Salazar dijo...

y Benita te puso un link al blog Mis jefes llevan chupete, con link, cita y todo!

un abrazo Esteban y mil gracias!